«La Tierra es para quien la trabaja» Emiliano Zapata
TIERRA: Firmeza, estabilidad, tenacidad, búsqueda de lo concreto, paciencia, cautela y seguridad.
La tierra se refiere al momento de madurez, plenitud y calma. Corresponde al periodo de transición entre estaciones, entre un elemento y el siguiente.
La tierra nos procura un suelo donde asentar y construir, unos cimientos. Nos proporciona estabilidad y arraigo. La tierra recibe la semilla y la hace germinar desde la calma y la interiorización gracias a la humedad, alimento y calor.
El sentimiento de “estar con los pies en la tierra” permite saber quiénes somos, una tima de consciencia que, conectada con la espontaneidad y creatividad del agua, da lugar a la autoconfianza.
Si una raíz no es fuerte no puede crecer. Si la ahogamos con demasiada agua o la dejamos secar la raíz sufrirá. Los seres humanos no somos diferentes. La tierra nos proporciona, centro, equilibrio y moderación. Un estilo de vida más moderado y una buena dieta dará lugar a una función interna más armoniosa que nos provea con energía vibrante, un cuerpo fuerte y una mente de ideas claras, emociones equilibradas y sensación de seguridad.
La tierra comprende, conecta y establece relaciones desde la motivación hasta los hechos con sentimientos y sus consecuencias. Nos motiva al aprendizaje pues atención, consciencia y placer por la actividad intelectual.
Esta capacidad de integración trasciende nuestro universo personal y abraza al otro. Empatiza y nos mueve a la fraternidad, solidaridad y la colaboración.
La Tierra es planeta, naturaleza y Madre. Es amor, generosidad, simpatía, suavidad, amabilidad y dulzura. Como madre de todos los seres, defiende el espacio y la integridad de cada uno. En conexión con el metal la Tierra rige la ética, la moral y la equidad.