«Jamás hay que dejar apagar el fuego de tu alma, sino avivarlo» Vincent Van Gogh
FUEGO: Pasión, energía, fuerza, claridad, voluntad, iniciativa e impaciencia.
El fuego se representa con el símbolo de la llama., asociada a la idea de calor corporal como signo de salud y vida. Los alquimistas recogieron el fuego como elemento mágico y de agente de transformación y de germen que se reproduce en las vidas sucesivas.
El fuego está asociado con la energía masculina y tiende a provocar la acción y conducir a la comunicación. También tienden a tener cambios emocionales de humor, inquietud y comportamiento manipulador.
El fuego representa toda la energía que hay en nosotros, algo luminoso y grande. La importancia del fuego radica en el renacer de nuestro espíritu, aunque también en la majestuosidad y luminosidad.
Nos permite calentarnos y protegernos del frio y que el elemento agua no se congele y fluya y con ello avancemos hacia nuestro verdadero ser.
El fuego representa toda la energía que hay en nosotros, la luminosidad y la grandeza del ser. Nos da la oportunidad de volver a empezar, quemamos lo malo para volver a renacer, como la misma ave fénix.
Es el elemento utilizado para simbolizar el modo en que debemos expiar nuestras faltas. Es destructor, aunque también purificador y abrasador. En muchos mitos, es el mediador entre la naturaleza y la cultura y también entre el cielo y la tierra.
Las personas con el fuego más presente son visibles por su alegría de vivir, rápida energía y entusiasmo. A veces por ello se ven como personas impulsivas, ardientes, expansivas, espontaneas, optimistas, competitivas, radiantes, con iniciativa, decididos y confiados en sí mismos. También necesitan se mirados y reconocidos.